El tabaco que vendemos es un buen tabaco.
Muchas gracias, dirá usted. Muy amable, dirá usted, pero déjeme a mí decidirlo. Y usted tendrá razón, pero no nos habrá entendido. La razón por la que nosotros creemos ser un buen tabaco tiene que ver desde ya con el sabor y todas esas cosas, pero se corresponde en realidad con el viaje que hace este tabaco desde la planta (no la planta industrial, sino la planta de verdad, con ramitas y hojas) hasta usted. Créanos que es una buena ruta.
¿Qué pretendemos?
Queremos ser una invitación al desconocido mundo del tabaco, para que aprecies diferentes variedades, lo cultives o proceses de diferentes formas.
¿Por qué esta alternativa tiene sentido?
La producción de tabaco se abastece principalmente de la micro agricultura, siendo miles los pequeños agricultores que no se ven beneficiados de los precios de compra actuales, por ser una o muy pocas las empresas que dominan el mercado. Nos inspira nuestra tierra y el orgullo de los tabacaleros que la trabajan, por lo que creemos importante cambiar el panorama nacional. ¿Se podrá? Ojalá, es la respuesta, pero pagarles mejor es un buen comienzo.
También es fundamental despertar el paladar tabaquero que responda a lo natural y no a la locura de cigarrillos, que poco y nada sabor a tabaco mantienen. Respetamos los procesos artesanales y lo que esto conlleva; cuidar también la tierra. Bajo esta premisa fomentamos la agricultura sustentable, tanto social y ambientalmente, una producción tabaquera 100% libre de crueldad animal y la reutilización y disminución de los envases plásticos.
