Los consumidores de tabaco de pipa o de liar tenemos que lidiar constantemente con la sequedad de nuestro tabaco, que causa molestias en la garganta, ardor, picazón y quemazón o sensación de sequedad al fumar.
Las causas de la deshidratación del tabaco son varias, pueden ser por un almacenamiento muy largo, dejar el paquete expuesto al sol o a grandes temperaturas, mantener el envase con un mal sellado o simplemente puede ser que el tabaco que fumas no contenga humidificantes y se seque naturalmente con el pasar de los días como ocurre con todas las hierbas.
Para que puedas disfrutar de tu tabaco por un tiempo largo sin sentir las desagradables consecuencias de fumar un producto seco, te dejamos unos tips para que humedezcas tu tabaco y lo guardes de la mejor manera:
Advertencia: Humedecer tabacos excesivamente, especialmente si son naturales sin humectantes, puede provocar la aparición de moho y hongos, que estropean el tabaco irreversiblemente. Se recomienda humedecerlo en su justa medida e ir humedeciendo de a poco la cantidad que se irá consumiendo en un corto periodo de tiempo.
¿Cómo humedecer el tabaco de forma sencilla?
1. Con cáscaras de naranja o limón:
Mantén el tabaco en el envase que usas normalmente para guardarlo. Pon unas cuantas cáscaras de limón o naranja (no más de 1/2 limón o 1/4 de naranja por 50 gramos de tabaco) y déjalo reposar todo el día o toda la noche. Cuando lo vuelvas a abrir ya tendrás el tabaco rehidratado. Este truco, además, deja tu tabaco con un agradable sabor y aroma.
2. Con una hoja de lechuga:
Este es un buen método si quieres mantener el sabor de tu tabaco sin alterar.
Lava y seca una hoja de lechuga de tamaño mediano. Córtala por la mitad y ponla en el envase en el que acostumbras a guardar tu tabaco, como formando una cama o un sándwich de tabaco. Procura que todo el tabaco quede entre las hojas durante unas 6 u 8 horas. Tenga precaución que esta forma puede humedecer el tabaco muy rápido.
3. Con un trozo de papa o zanahoria:
Corta uno o dos trozos de papa cruda o zanahoria y ponlos en tu envase de tabaco. Déjalo reposar unas dos horas y luego revisa si es que se hidrató lo suficiente. No dejes los trozos demasiado tiempo en el envase, pues la papa tiene mucha agua y si el tabaco se humecta demasiado te será difícil fumarlo.
4. Con el vapor de la plancha:
Llena tu plancha de agua y ponla a calentar a la temperatura máxima. Vacía el tabaco sobre un papel extendido y posiciona la plancha sobre él, manteniendo la distancia suficiente para no tocarlo y quemarlo por accidente. Mantén la plancha sobre el tabaco y déjala soltar vapor por un minuto aproximadamente. Si el tabaco no queda lo suficientemente húmedo, repite la operación.
5. Con el vapor de la boca:
Para salir de un apuro en que no tengas a mano nada para humedecer el tabaco, recomendamos el mismo vapor de agua al exhalar de forma lenta por la boca adentro del envase de tabacos, como cuando de niños lo hacíamos con el vidrio para jugar gato. Es algo lento, pero es fácil dejarlo en su punto óptimo. Solo procura hacerlo a escondidas y no andar regalado tabaco por ahí.
6. Con un buen almacenamiento:
Apenas abras tu paquete de tabaco, procura vaciarlo a un frasco conservero con sellado de goma o una bolsa de plástico hermética.
Una de las mejores técnicas para mantener tu tabaco hidratado es evitando que se vaya la humedad. Por eso es indispensable que mantengas tu tabaco almacenado de la mejor forma, pues todos los tips entregados anteriormente no durarán mucho si permites que la humedad se escape.
